Me resulta muy revelador del ser humano un estudio acerca de las relaciones sexuales y amorosas que ha hecho YouGov en Estados Unidos.
El titular es tremendo:
La mitad de los estadounidenses dicen que les han engañado pero sólo un tercio admite que han engañado.
Es decir, que el ser humano engaña: a su pareja, y también se engaña a sí mismo hasta cuando responde a una encuesta. Todo un aprendizaje de cómo funciona el ser humano.
1 de cada 4 americanos afirma haber tenido sexo con una persona fuera de su relación sin el acuerdo de su pareja. Esto es más habitual entre hombres (29%) que entre mujeres (21%).
Otro desajuste: las mujeres son mejores evaluando cómo de románticas son, mientras que los hombres sobrevaloran su romanticismo.
Si hay un momento clave en las relaciones es entender cómo empiezan. El vídeo bajo estas líneas presenta la evolución del contexto en el que las parejas se encuentran por primera vez.
Es decir, que hemos pasado de un mundo en el que era mucho más probable emparejarte con alguien como tú, porque te lo presentaba tu familia o tus amigos, a un mundo en el que eres libre de acotar los criterios de selección de pareja… aunque la aplicación de dating más popular del mundo, Tinder, emplee como criterio principal la proximidad física.
El giro conservador de la sociedad americana también ha llegado a las relaciones sentimentales: apenas un 15,7% de los norteamericanos ven el matrimonio como una institución caduca frente a un 24,6% a finales de 2022.
Últimamente, el filtro de moda parece ser la altura: muchas mujeres están estableciendo como línea roja una altura mínima de 6 pies (1,80m) a su futura pareja.
Precisamente el principal competidor de Tinder, Bumble, acaba de publicar su informe anual con tendencias de citas. Es un informe sesgado, porque a pesar de contar con una muestra enorme de consumidores todos ellos son usuarios de la propia plataforma. La particularidad de Bumble, recordemos, es que son las mujeres las que toman la iniciativa de empezar una conversación.
Aún así, hay cosas interesantes que merecen la pena ser comentadas.
Primero, es interesante que un 40% de solteros en Bumble estén compartiendo de una manera transparente tanto las cosas buenas como las malas de su experiencia en el mercado de las relaciones sentimentales. La autenticidad que tanto reclama la Gen Z también la pregona en sus relaciones sentimentales.
Los gustos compartidos son importantes, pero cuanto más específicos sean, más relevante es la persona. Es decir, que van fuera aficiones genéricas como “viajar”, “comer” o “el cine” y en cambio aparecen cosas como “viajar sin reserva previa”, “la comida vegana” o “el cine iraní”.
El informe de Bumble también toca el tema complejo de la masculinidad, cualifíquese como “positiva” o como “nuevas masculinidades” en plural. En un mundo en el que los hombres buscan su nuevo lugar, un 53% de usuarias de Bumble afirman que esa masculinidad positiva puede ser definida de forma individual por cada uno de ellos.
El problema es que son los propios hombres Z los que no lo tienen claro.
La falta de referentes en los hombre de la Generación Z les está empujando a cosas como votar a la extrema derecha sólo para sentirse hombres de verdad.
Las aplicaciones móviles han convertido el hecho de conocer a alguien y potencialmente empezar una relación sentimental -más o menos profunda- en un juego de hiperconveniencia donde el nivel de riesgo es limitado y siempre hay otra opción disponible a la vuelta de la esquina.
La tecnología ha sustituido intimidad por información, y la seducción se ha reducido a un simple chat.
Y, además, han creado otro problema: toda una generación nunca ha aprendido a ligar sin una aplicación que le eche un cable.
Y la paradoja es que, a pesar de la conveniencia de las aplicaciones de citas, la realidad es que el juego ha subido de dificultad para los hombres: el 44% de los hombres Gen Z en Estados Unidos afirman no haber tenido ni una sola novia en su adolescencia, el doble que generaciones anteriores.
Así las cosas, parece que el péndulo empieza a cambiar de inercia: cada vez más gente joven afirma estar abandonando las apps para descubrir la sensación de ligar en la vida real. En Inglaterra se está viviendo el mismo movimiento. Y en España, también.
Veremos si no es demasiado tarde para la Generación Z.
Señales débiles
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Y los Emiratos Árabes Unidos han decidido invitar a Chat GPT a cada uno de sus ciudadanos.
Una cosa más
Me alucina que no haya una formación reglada que enseñe cosas prácticas para la vida. Visiblemente no soy el único que recurre a Google para gestionar este tipo de cosas.
Y un bonus track
Tres de cada diez españoles creen que los astros y planetas influyen en lo que les pasa en su vida diaria.